A Gretel le han diagnosticado hipotiroidismo y por eso perdía el pelo, tenía la mirada triste y estaba tan cansadita. Es una enfermedad que estamos tratando y será de por vida, se ha desinflado, tiene el pelo fuerte y la mirada feliz.
Ya no se queda tumbada sino que anda, juega y es un poco 'destrozona' pero nos encanta. Gretel, como El Hogar, ha renacido gracias a nuestra rápida reacción al ver que algo no iba bien y es que de eso se trata la vida en el santuario, de tener 200 ojos para los 200 habitantes y ofrecerles todo lo que necesitan.
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